martes, 9 de septiembre de 2008

Ike deja lodo, hambre y miseria en Barahona

MILES DE TAREAS DE TIERRA FUERON SEPULTADAS POR LAS AGUAS DE LA LAGUNA DE CABRAL.

JAQUIMEYES, Barahona.- Con la mayoría de sus calles anegadas de lodo y el resto convertidas en lagos con caudal, así como sus colchones estilando agua sucia colocados sobre bloques de concreto y los demás ajuares empapados sobre las aceras, el panorama en los habitantes en este municipio es desolador.Cientos de familias intentaban ayer salvar algo de las pertenencias que las inundaciones cubrieron de lodo y basura, pero según dijeron hace cinco días que no llega el servicio de agua potable, por lo que apenas tenían opción de barrer los escombros y el fango que invadían los pisos y patios de sus casas.Por el lodo que se ha acumulado en las calles de Jaquimeyes, ayer pocos usaban zapatos o chancletas para transitar de un lado a otro y prefieren hacerlo con los pies descalzos, aunque los más prudentes utilizan botas de goma.En cualquier calle, casa o esquina que se observa, el panorama es el mismo. Gente enlodada hasta el cuello con colchones, lavadoras, tanques de gas y otras pertenencias sobre sus cabezas, mientras los niños jugueteaban en los caños de agua sucia que corren por los frentes de sus viviendas.“Desde el paso de Gustav estamos metidos en esta pocilga pisando lodo como los cerdos. Ya no sabemos qué hacer, y cuando creemos que esto va a pasar y que el sol nos va a secar este fango, entonces viene otra tormenta y nos pone en peor situación”, dijo la señora Nestaly Díaz.A la 1:00 de la tarde aún no se veía movimiento de cocina en esta demarcación, pues las familias permanecía en las calles a espera de que las inundaciones desocuparan sus casas o que llegara el servicio de agua potable para limpiar el lodo y volver a ocuparlas.“En mi casa no hay gas, no encontré carbón para cocinar y unos palitos de leña que tenía ahí en el patio para cocinar en caso de emergencia, quedaron sepultados bajo el lodo”, señaló Díaz, de 65 años , que amaneció el pasado domingo sentada en una silla a orillas de la autopista.NegativaRaúl Antonio Matos informó que esa misma noche cuando las aguas empezaron a anegar a Jaquimeyes, las familias que habitan en mayores riesgos a las inundaciones, debieron amanecer en la autopista bajo las lluvias con sus hijos en brazos, porque el guardián que cuida el liceo se negó a abrirles las puertas para que se refugiaran. “Intentamos abrir la puerta por la fuerza, pero fue imposible. Ese señor fue terco y por nada del mundo nos dejó entrar y no tuvimos otra alternativa que pasar la noche como los animales, mojados con nuestros nuestros niños”, agregó. Explicó que algunos de sus vecinos encontraron refugio en casas de vecinos y familiares, pero era tanta la cantidad de personas que necesitaba ayuda, que no cabían todos en las casas que estaban seguras.Otros dañosA pesar de que ayer habían cesado las lluvias en la provincia Barahona, la laguna de Cabral seguía creciendo y anegando los barrios que conforman los poblados Palo Alto y El Peñón, así como los predios agrícola.En ambas ciudades el comercio cerró sus puertas y los habitantes estaban inmensos en la protección de sus ajuares, colocándolos sobre lugares altos y transportándolos a otros lugares para que no se les mojen. Las aguas mantienen anegadas cientos de tareas de plátano y otros rubros agrícolas, por lo que los productores vaticinan una aguda crisis en la zona dentro de los próximos meses.Henry Olivero dijo que toda las plantaciones nuevas de plátano están sepultadas, al señalar que en esta ocasión a los productores de la zona le fue peor que cuando pasó la tormenta Noel el pasado año. “Con la situación de Noel pudimos soportar par de meses, porque las plantaciones eran viejas y estaban paridas en su mayoría, y los víveres nos sustentaron, pero ahora no hay futuro.”, dijo. Señaló que la producción de plátano que fue sepultada no se recuperará, ya que cuando las aguas vuelvan a retirarse las mismas se habrán enfermado.

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